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5 Ciudades de América donde puedes disfrutar mucho y gastar poco »

No hace falta mucho presupuesto para tener un gran día de viaje: barrios caminables, mercados vivos y transporte sencillo bastan para armar una jornada redonda. Esta nota propone cinco ciudades del continente americano con rutas de 24 horas pensadas para gastar poco sin renunciar a lo esencial: buena comida, plazas con sombra y vistas que valen la pena.

El objetivo es condensar lo mejor de cada lugar en radios compactos, elegir una sola reserva por día y dejar un bloque de tiempo libre para el hallazgo casual. Con efectivo chico, zapatos cómodos y ganas de mirar, la experiencia fluye sola.

1. Ciudad de México, México

El plan empieza temprano en el Centro Histórico: portales, cúpulas y vitrales se miran mejor con luz oblicua y calles tranquilas. El desayuno puede ser en un café clásico o con pan dulce y fruta del mercado de San Juan. Luego se avanza hacia la Alameda y Bellas Artes, donde las fachadas cuentan oficios y épocas.

Al mediodía, salto corto a Roma–Condesa: menú del día en fonda honesta, helado de nieves artesanales y paseo por plazas arboladas. La tarde cierra con librería, parque y una cena de antojos en barra corta. Todo cabe a pie y en metro, sin carreras.

2. Lima, Perú

El malecón de Miraflores abre la jornada con brisa y miradores; es gratis, llano y fotogénico. Café sencillo y pan con chicharrón resuelven energía de mañana. A media mañana, Barranco ofrece murales, bajadas al mar y galerías; conviene alternar sombra y agua.

El almuerzo ideal es un menú criollo o un ceviche en huarique con rotación local. La tarde pide helado de lúcuma y una caminata tranquila por parques del acantilado. De noche, anticuchos o sánguche de la esquina, y un vaso de chicha morada. La ciudad rinde más cuando se eligen pocas cuadras y se vuelve sobre ellas.

3. Bogotá, Colombia

Arranca en La Candelaria con chocolate y almojábana, y un paseo entre casas de colores y museos gratuitos o de bajo costo. Subir a Monserrate temprano evita filas y da contexto de altura. Al bajar, un mercado de frutas revela sabores nuevos sin gastar mucho.

El mediodía se resuelve con ajiaco o corrientazo cerca; la tarde transcurre entre grafitis, librerías y plazas con músicos. En Chapinero, cafés de especialidad sirven como pausa y como cena ligera con arepas o sopas. El clima cambia rápido: una capa fina y listo.

4. Montevideo, Uruguay

La rambla ordena la mañana: caminar un tramo, matear y mirar el río ancho que parece mar. El Centro y el Cordón ofrecen arquitectura, librerías y cafés sin pretensión. Al mediodía, un chivito compartido o una pizzeta con fainá alcanzan para dos.

La siesta se hace en plaza o museo chico; la tarde vuelve a la rambla para otro ángulo de luz. Todo se paga en porciones y se disfruta en bancos, sin necesidad de reservas ni traslados largos.

5. Valparaíso, Chile

Cerro Alegre y Concepción son el corazón de un día barato y memorable. Escaleras con murales, miradores y pequeños cafés se encadenan a ritmos de respiración. Un ascensor histórico ahorra piernas por monedas y regala otra mirada del puerto.

Almuerzo sencillo de mar en picada local, sobremesa al sol y una última vuelta para fotos. El atardecer desde un balcón compartido demuestra que las mejores vistas no tienen tarifa.

Junior Marte

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